Miedo come todo... sueños al vuelo
de Flores Teatro Danza
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“Alex Barti”, es un espectáculo sin texto. Toda la historia y la comedia, se expresa con movimiento, mimo y música.
La inverosímil simbiosis entre manipulador y muñeco hacen que el espectador pueda traspasar la frontera entre realidad y ficción. ¿No es acaso Barti tan humano como Alex? Y es que Barti, el complejo títere, ¡está vivo! Su forma de moverse habla por sí mismo. De repente nos mira, gesticula, muestra sus dientes, mueve sus dedos, y su carácter, sus emociones, sus cambios de humor se reflejan con tanta naturalidad en su rostro de trapo que no puedes hacer otra cosa sino emocionarte. Sus ojos siempre están buscando nuevas oportunidades con las que hacer sentir la esencia de la vida, la alegría más genuina, la inocencia.
Denmark
Alex Mihailovski nacido en Macedonia, vive en Dinamarca desde 1992.
Es diseñador y manipulador de Mr. Barti, marioneta con un sistema complejo de construcción con la que se mantiene en continua búsqueda, desarrollo y estudio de la perfección de movimientos. Las más de 40 cuerdas de Barti le permiten mover su cuerpo y expresar sentimientos de una manera única.
Asombrosa, divertida y enternecedora resulta la propuesta de Alex Marionettes, una compañía que siempre sabe innovar y cuya calidad artística es inagotable en recursos técnicos.
Una vez más ofrece los desconcertantes y fascinantes números de Alex & Barti, un trabajo de treinta minutos sin palabras donde la marioneta Barti se prepara para dar un concierto mientras su ayudante le perturba. Claro, que sin la complicidad de Alex, Barti no se tomaría la molestia de salir del piano, donde duerme, y Alex necesita de la soltura desenfadada de Barti para dar rienda suelta a sus delirios creativos.
La capacidad de manipulación del joven creador danés Alex Jorgensen -que desde 1986 viene improvisando con la creación del títere, usando distintos materiales-, y la inverosímil simbiosis entre manipulador y muñeco hacen que el espectador pueda traspasar la frontera entre realidad y ficción. ¿No es acaso Barti tan humano como Alex? Y es que Barti, el complejo títere, ¡está vivo! Su forma de moverse habla por sí mismo. De repente nos mira, gesticula, muestra sus dientes, mueve sus dedos, y, su carácter, sus emociones, sus cambios de humor se reflejan con tanta naturalidad en su rostro de trapo que no puedes hacer otra cosa sino emocionarte. Sus ojos siempre están buscando nuevas oportunidades con las que hacer sentir la esencia de la vida, la alegría más genuina, la inocencia. Sus ojos pueden contarlo todo a quien no deje de mirarle.
La historia está basada en el mimo y la música. Barti ama el escenario; al principio es un clásico pianista, pero pronto se transforma en una estrella del rock, interpretando las piezas más conocidas; después muestra toda su pasión en el flamenco con su guitarra española, canta baladas, se enamora de una espectadora y comienza el romance: la invita a participar en escena y le canta una canción de amor. Al final, se despide de la chica y desaparece lentamente, de nuevo a dormir en su piano, en su hogar…
La vida brota de manera desenfadada de las habilidosas manos de Alex y de su títere movido con hilos, mientras el público asiste divertido al conmovedor prodigio. Barti y su amigo Alex forman una pareja artística inseparable. El resultado, sencillamente asombroso: media hora para no dejar de sonreír y poder mirar, aunque sólo sea por un momento, a través de los ojos de la inocencia.